Viviendo entre el arte y la esclerosis múltiple
Cada trazo honra la luz que llevamos dentro
Cada pincelada de esta obra celebra la luz que habita en nuestro interior. Para el mes de julio de 2025, decidí dedicar mi arte a los girasoles y a todo lo que simbolizan. Estas flores doradas representan la esperanza, la fuerza y la capacidad de buscar la luz, incluso en los días más oscuros.
Una figura que nos invita a florecer con autenticidad
Este retrato en técnica mixta muestra a una mujer de talla grande usando un sombrero de ala ancha, rodeada de girasoles dorados. Su cabello fluye en tonos melocotón y rosado, aportando suavidad y vitalidad a la escena. Sus ojos marrones y sus labios rosados brillantes nos invitan a detenernos: un recordatorio de que la suavidad también es una forma de fortaleza.

Un proceso creativo lleno de capas y significado
Comencé esta pieza aplicando capas de papel y gesso sobre el lienzo, creando una base rica y con textura. Luego dejé que las tintas acrílicas fluyeran libremente, permitiendo que los colores dialogaran entre sí. Finalmente, utilicé crayones gel en varios tonos para dar movimiento y calidez a toda la composición.

El girasol como símbolo de luz interior
En esta obra, los girasoles no son meros adornos. Son testigos de su presencia. Como ella, se mantienen erguidos, brillantes y orientados hacia la luz con resiliencia. Su simbolismo está entretejido en toda la pieza y nos recuerda que, sin importar las circunstancias, también podemos crecer hacia el sol.

Un mensaje para quienes florecen a su propio ritmo
Esta obra no busca la perfección, sino la presencia. Es una invitación a florecer sin prisa, a aceptar el lugar donde estás y a dejar que tu luz interior se muestre con naturalidad. Porque no hay una única forma de brillar: cada paso que das en tu camino ya es parte de tu florecimiento.

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Versión en inglés.