Viviendo entre el arte y la esclerosis múltiple
El arte se ha abierto como una ventana a mi mundo interior como una forma para explorar y comprender mis emociones, pensamientos y experiencias de una manera única. En él, he encontrado una voz para compartir mis historias, para celebrar mi resiliencia.
Al dejarme expresar mis emociones, mis pensamientos y experiencias, me ha brindado ese espacio ara procesar el impacto de la esclerosis múltiple en mi vida. Darle la oportunidad al arte, me ha ayudado a encontrar cierto alivio y a liberar emociones; además, me ha servido para crecer, no solo artísticamente, sino en el ámbito personal.
Alivio de la carga emocional
A través de las distintas formas de expresión artística, podemos descubrir nuevas maneras de comprender y aceptar lo que nos ha tocado vivir y adaptarnos a dicha experiencia. Expresarnos de forma artística es como una liberación terapéutica que alivia la carga emocional de vivir con esclerosis múltiple.
Cuando nos concentramos en crear es como un escape que permite que entremos en un mundo donde el dolor físico se esfuma y las preocupaciones no importan, por lo menos, temporalmente.
Al menos, así es en mi caso. Cuando atravieso la pintura de mi estudio, se me olvidan las preocupaciones y la ansiedad se calma. Mi concentración está completamente puesta en mis ganas de crear. Me doy la oportunidad de que, tanto mi mente como mi cuerpo y mis acciones, estén en sintonía con mis emociones y con mi intuición. Me gusta dejar que sea mi intuición la que se encargue de decidir qué crearé y cuáles serán los materiales que usaré.
Arte como Canal de Liberación
Canalizar mis emociones a través del arte me deja desahogarme, dejando salir el estrés, la ansiedad y hasta la tristeza. Además, abre la oportunidad a que descubra nuevas fortalezas, nuevas habilidades o, quizás, nuevas perspectivas que me ayuden a entenderme mejor y descubrir también nuevas maneras de enfrentar con mayor claridad y confianza los desafíos de vivir con esclerosis múltiple.
El proceso de crear requiere que nos centremos en el momento y podamos conectarnos con nuestras propias experiencias. Esto, a su vez, contribuye a que nos adaptemos mejor a los desafíos de vivir con esclerosis múltiple.